Para Abraham Lincoln, la democracia era el gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo; pasadas las elecciones del 20 de junio de 2010, donde resultó electo el doctor Juan Manuel Santos Calderón como presidente, y el Bugueño Angelino Garzón como vicepresidente, por más de nueve millones de Colombianos; quienes apoyamos a los profesores Antanas Mockus y Sergio Fajardo, en el centro del Valle del Cauca, reconocemos el triunfo de los electos y damos unas merecidas gracias a los electores del partido verde.
El resultado de las urnas nos dejan múltiples reflexiones académicas, sin que sea necesario entrar a justificar la pérdida o desmeritar el triunfo, no podemos entrar en confusión referente al candidato del partido verde, debemos conocer qué tipo de gobierno buscan y quieren los votantes, por ser quienes eligen. Reflexión que en pocos meses debemos poner en práctica en las elecciones a las alcaldías, gobernación, asamblea, concejos municipales y jal.
Los servidores de elección popular tienen autonomía presupuestal y administrativa, el gobierno central y los congresistas son gestores de los proyectos y programas que presenten los mandatarios locales, sin que puedan usurpar funciones o dirigir desde la capital.
Es el momento de iniciar la búsqueda del mandatario que cumple nuestras condiciones, y convencer a nuestros allegados que el patrimonio público y la administración pública, es patrimonio de todos, que sostenemos y contribuimos con los impuestos que cancelamos y que en la mayoría de las veces desconocemos su utilización.
Los principios de la administración pública son la eficiencia, eficacia, transparencia, igualdad, moralidad, economía, celeridad, imparcialidad y publicidad. Aplicando cada uno de estos principios obtendremos el País que nosotros queremos y veremos reinvertidos nuestros impuestos en el interés general, disminuyendo la carga que cada día nos trasladan con mayor presión para coadyuvar con la responsabilidad del estado que por su inoperancia deja de financiar.
El resultado de las urnas nos dejan múltiples reflexiones académicas, sin que sea necesario entrar a justificar la pérdida o desmeritar el triunfo, no podemos entrar en confusión referente al candidato del partido verde, debemos conocer qué tipo de gobierno buscan y quieren los votantes, por ser quienes eligen. Reflexión que en pocos meses debemos poner en práctica en las elecciones a las alcaldías, gobernación, asamblea, concejos municipales y jal.
Los servidores de elección popular tienen autonomía presupuestal y administrativa, el gobierno central y los congresistas son gestores de los proyectos y programas que presenten los mandatarios locales, sin que puedan usurpar funciones o dirigir desde la capital.
Es el momento de iniciar la búsqueda del mandatario que cumple nuestras condiciones, y convencer a nuestros allegados que el patrimonio público y la administración pública, es patrimonio de todos, que sostenemos y contribuimos con los impuestos que cancelamos y que en la mayoría de las veces desconocemos su utilización.
Los principios de la administración pública son la eficiencia, eficacia, transparencia, igualdad, moralidad, economía, celeridad, imparcialidad y publicidad. Aplicando cada uno de estos principios obtendremos el País que nosotros queremos y veremos reinvertidos nuestros impuestos en el interés general, disminuyendo la carga que cada día nos trasladan con mayor presión para coadyuvar con la responsabilidad del estado que por su inoperancia deja de financiar.