Harold Hernán Moreno

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OPINIÓN

“Pensar como privado para ejecutar como público”

Las disminuciones presupuestales y el incremento de los gastos territoriales hacen necesario que los entes públicos, sin privatizar, realicen convenios y/o alianzas estratégicas con las empresas privadas para cubrir los objetivos del Estado social de derecho. Los servidores públicos deben pensar como privado para ejecutar como público, para poder generar un progreso sostenible buscando las cosas que nos unen, en vez de lo poco que nos separa y causa la diferencia.
El progreso sostenible requiere alianzas, y las alianzas sostenibles demandan claridad entre las partes para que se puedan definir intereses comunes, de este modo se van a alcanzar soluciones comunes. El punto de partida es la creación de confianza legítima entre las partes –sin confianza no van a haber alianzas de ninguna forma-.
Y si uno pregunta, “¿por qué las empresas deben pensar en alianzas y en un nuevo rol dentro de la sociedad?”, la respuesta es clara: “porque riqueza implica más una obligación para compartir con otros que un privilegio a disfrutar solo y sin límites”; Hoy La Empresa privada debe cada vez más aplicar la RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL (RSE), que es “ la voluntad de una empresa productiva por jugar de manera completa su papel de ser motor de desarrollo en la comunidad a la que pertenece aportando visión, valores, capacidades especiales, recursos humanos y recursos financieros para un desarrollo económico, social y ambiental más equitativo y sostenible.” Es el momento que las alianzas público-privadas se afiancen como el modelo a seguir para generar progreso sostenible, en un mundo crecientemente transnacional, y para lograrlo el ente público debe recuperar su credibilidad, autoridad, liderazgo, respeto y sobre todo “CONFIANZA LEGÍTIMA”; y la empresa privada desarrollar su responsabilidad social sin temor ni ocultamiento.
Las Alianzas Público-Privadas buscan que, a través de esquemas de cooperación voluntaria entre el gobierno, los actores privados y la sociedad civil, se definan objetivos comunes y se identifiquen mecanismos de trabajo conjunto que permitan, entre otras, contribuir a la superación de la pobreza y promoción de la equidad y el desarrollo sostenible, contribuyendo a una mejor calidad de vida.
En las ciudades intermedias, que albergan el 76% de la población, se hace indispensable esta nueva co-responsabilidad que, por necesidad y por su propio interés, las empresas deben asumir respecto de la generación de ingreso, calidad en la educación, eficiente prestación de los servicios públicos y de salud en las ciudades donde están insertas. Se reitera No es que las empresas privadas tengan que sustituir a las públicas, sino que se hace necesario aplicar la teoría de las cinco W: Dónde, Cuándo, Cómo, Quién y Por qué.